viernes, 9 de febrero de 2007

AGROINDUSTRIAS Y LA FARMACOVIGILANCIA EN EL CHACO

La Farmacovigilancia es la herramienta utilizada por los países de alta vigilancia sanitaria, para el control de los medicamentos en su fase de comercialización.
En las últimas décadas, a las actividades de la salud pública, se ha incorporado la farmacovigilancia, cuyo objetivo es identificar, evaluar y prevenir los riesgos del uso de medicamentos comercializados. Estas acciones se llevan a cabo con la finalidad de obtener información para la toma de decisiones en materia de fiscalización y control por parte de las autoridades sanitarias. En nuestro país esta misión es cumplida por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).
La farmacovigilancia comenzó a desarrollarse como disciplina en la década del 60, en respuesta a la tragedia desatada en Europa por la administración de talidomida a mujeres embarazadas. Esto trajo como consecuencia que los gobiernos de los distintos países iniciaran un control más estricto para la aprobación, comercialización, prescripción y suministro de los medicamentos, mientras que aquellos que ya tenían algún sistema de fiscalización y control lo ampliaron.
En 1968, la Organización Mundial de la Salud (OMS) tomó la iniciativa de crear un Centro Internacional de Reportes de Efectos Adversos, que actualmente tiene su base en Uppsala (Suecia). Desde entonces, en Argentina hubo varios intentos para organizar un sistema de este tipo con alcance nacional. Ello se hizo efectivo con la resolución que, en septiembre de 1993, creó el Sistema Nacional de Farmacovigilancia. Es importante destacar, que la ANMAT es uno de los pocos organismos latinoamericanos que, debido a la calidad de la tarea que realiza, fue aceptado para interactuar con ese centro.
El Sistema Nacional de Farmacovigilancia funciona con un Efector Central que es el Departamento de Farmacovigilancia de ANMAT y Efectores Periféricos, que son entidades de reconocida trayectoria ya sea académica u hospitalaria pública o privada y son los encargados de difundir el sistema, informar sobre el mismo, recibir las notificaciones, realizar un primer análisis y enviar al efector central, quien se encarga de evaluar y jerarquizar los reportes recibidos, para finalmente formular recomendaciones a los diversos sectores involucrados en los sistemas de salud. Las notificaciones, ya sea por efectos adversos o fallas de calidad, son voluntarias espontáneas y confidenciales, y se efectúan en una ficha de color amarillo.
Desde septiembre de 2000, la cátedra de Farmacología y Toxicología de la Facultad de Agroindustrias se convirtió en Efector Periférico de la Provincia del Chaco y a partir de ese evento, comenzamos a difundir el sistema y distribuir hojas amarillas a distintos centros de salud. A la fecha se recepcionaron y enviaron al Departamento de Farmacovigilancia, ANMAT, un total de 857 notificaciones provenientes de diversos puntos de la provincia, de las cuales 771 correspondieron a eventos adversos y 86 a falta de eficacia. De esta manera, colaboramos con la formación de una base de datos, que permite determinar si es necesario advertir o corregir alguna característica de los fármacos.
La observación permanente de las consecuencias del medicamento, durante su uso masivo, permite alcanzar una utilización racional identificar rápidamente las reacciones adversas no conocidas y/o graves, y observar si se mantiene la relación beneficio / riesgo. Permite además el análisis sobre su uso adecuado y la obtención de información para emitir recomendaciones, advertencias, riesgos e incluso, de ser necesario, suspender su comercialización.